MEDITACIÓN ACTIVA CON MANDALAS por Lucila Barbero
“La llave del Mandala
es la nave del tiempo, y nuestros
misterios...”
Spinetta/ Invisible, La llave del
Mandala.
Andando últimamente por librerías y kioscos, vi
que hay una considerable cantidad de libros y revistas con mandalas para
colorear. Más allá de la moda, me pareció una buena oportunidad sugerirles hoy trabajar
con ellos. Pero primero veamos qué es un mandala: la palabra “mandala”
en idioma sánscrito significa “círculo” y desde el punto de vista espiritual, es
un instrumento auxiliar para la concentración y la meditación (en otras
oportunidades te hablé de otros instrumentos para meditar como por ejemplo, observando
una vela o contando las respiraciones).
Las imágenes
mandálicas se han utilizado desde la antigüedad en todo el mundo y en todas las
culturas. Aparecen en construcciones y en forma plana, en vitraux y en pinturas
integrando diferentes formas y colores con diversas simbologías. Te cuento que
hay mandalas en la Alhambra o la mezquita de Córdoba, en la catedral de Notre
Dame de París y en las pirámides mayas, en el arte japonés, o el celta, en artesanías apaches, africanas e iraníes y
en tradiciones como la cabalística judía, sin dejar de mencionar los que hay en el tarot, la magia o el
zodíaco.
Ahora bien, un
trabajo simple de meditación activa con mandalas puede consistir en:
{ dibujar y
colorear nuestro propio mandala o colorear uno que tengamos de un libro,
revista, bajado de internet, etc. (Aquí te mostramos uno para que te inspires o
lo copies) o,
{ simplemente
observar un mandala que ya tengamos o,
{ hacernos
una pregunta sobre alguna cuestión que queramos resolver antes de observar un
mandala.
Si te inspirás
y decidís meditar haciendo tu propio mandala, la forma básica de hacerlo
es tomar una hoja en blanco y hacer un círculo grande a mano o con aquel compás
del colegio que tendrás guardado por ahí, y luego uno pequeño en el centro. A
partir de ahí, podés hacer los pétalos de una flor, líneas, símbolos, figuras
geométricas, vegetales, animales, tribales, lo que quieras. Y cuando lo hayas
dibujado, podés comenzar a pintarlo. La idea de la meditación activa es
esta: para comenzar, te tomarás ese tiempo para vos, en un lugar en el que te
sientas cómodo y donde nadie te moleste por un rato (apagá el celular, ni
hablar!!). Respirá profundamente, lentamente y dejá que tu mano dibuje
libremente, elegí los colores que tu intuición te diga, disfrutá del silencio
mientras lo hacés, o si preferís poné una música inspiradora para relajación
(en mi blog tenés varias) y sorprendete con el resultado. Mientras tu conciente
esté ocupado en dibujar, tu subconciente te traerá ideas, metáforas, respuestas.
Abrí tu mente a esos mensajes.
Si decidís observar
un mandala, colocalo a una distancia cómoda y fijá tus ojos en el centro. Sostené
tu mirada en el centro del mandala durante tres minutos solo siendo conciente
de tu respiración. Tal vez sientas que las líneas se mueven o se van de tu
foco, es normal. Si te viene un pensamiento conciente, aceptalo y dejá que se
vaya flotando. Si te gusta esta meditación, gradualmente podés ir aumentando
los minutos a cinco o diez.
Observarás que
esta práctica, además de relajarte, mejora tu habilidad para concentrarte, tu
creatividad y tu habilidad para acceder a ideas de tu mente no conciente.
¿Te gustó el ejercicio de hoy? Hay muchos más en la solapa: Ejercicios para el Bienestar. Probalos!Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de Campana, Buenos Aires, Argentina el sábado 14-9-13
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