sábado, 15 de junio de 2013

¿Mente alerta o relajada? ¿Cómo influye lo que comemos?

    Independientemente de cuál sea nuestra profesión, muy probablemente la gestión de información constituya una parte importante de nuestro trabajo cotidiano. Nuestra herramienta principal es el cerebro y, así como un atleta se entrena para rendir mejor, nosotros nos tenemos que entrenar para dominar nuestro entorno informativo logrando mantener nuestro cerebro en una situación de máxima disponibilidad.
Los alimentos inciden en la producción de compuestos químicos en el cerebro, y estos, a su vez, inciden directamente en el estado de ánimo, la energía mental, el rendimiento y la conducta. Los alimentos son vigorizantes o relajantes en función de los componentes químicos específicos que el cerebro elabora a partir de ellos.
Los neurotransmisores, o sea, los componentes químicos que transmiten los mensajes de una neurona a otra en el cerebro, son los responsables de nuestra sensación de calma o de agudeza mental. Veamos algunos: la dopamina y la norepinefrina, provocan agudeza  y una actitud mental vigorosa. Cuando el cerebro las está produciendo, tendemos a pensar con mayor rapidez, a sentirnos más motivados y activos y  a estar más alerta mentalmente. Por otra parte, la serotonina resulta más tranquilizadora y hace al cerebro menos activo. Cuando el cerebro la está produciendo, estamos más relajados, funcionamos a un ritmo más lento y tenemos mayor capacidad para concentrarnos y disminuyen las sensaciones de opresión, tensión y ansiedad.  El cerebro produce estos neurotransmisores a partir de los aminoácidos de las proteínas. De estos aminoácidos, la tirosina, es el principal ingrediente de la dopamina y la norepinefrina, y el triptófano, el de la serotonina. Veamos qué nos conviene comer ante las diferentes circunstancias:
Para la agudeza mental: Comer algún alimento proteínico solo o con hidratos de carbono: Pescado, pollo y carne vacuna magra. Productos lácteos descremados. Lentejas, arvejas. Tofu. Huevos. Cereales, semillas y nueces.
Para la relajación: Comer sólo hidratos de carbono sin proteínas: Hidratos de carbono compuestos (féculas): pan; pasta; papas; arroz; otros cereales: polenta, avena. Hidratos de carbono simples (azúcares): caramelos; galletitas, pasteles, tartas y bebidas sin alcohol.
¡Atención! La ingestión de azúcares simples puede dar una sensación de aumento de energía, pero luego tiene un efecto rebote de nerviosismo y ansiedad, así que no constituyen un alimento adecuado para alcanzar el punto máximo de la inteligencia. Tampoco es conveniente la ingestión de grasas porque tardan mucho en desintegrarse, y necesitan que la sangre sea desviada del cerebro al proceso digestivo, lo cual provoca un enlentecimiento de los procesos mentales, embotamiento, letargo e incluso sueño, sin mencionar los efectos nocivos a largo plazo, por ejemplo,  en el aparato circulatorio, que obstruido por el colesterol acumulado en las arterias, limitaría el suministro de oxígeno al cerebro y reduciría la cantidad de serotonina, norepinefrina y dopamina.
Y OJO con el alcohol, la cafeína y el tabaco. El alcohol incapacita al intelecto, entorpece el discernimiento y las aptitudes para resolver problemas, y deteriora las funciones más fundamentales, como el equilibrio y la coordinación, además de tener un efecto destructivo de la memoria. La cafeína da un estado de agudeza mental y puede paliar la somnolencia, pero a la larga disminuye el flujo de sangre al cerebro y deteriora la memoria. No es aconsejable tomar más de 500 ml por día, ya que puede producir adicción. También es conveniente reducir el consumo de bebidas sin alcohol que contengan cafeína, el té y los analgésicos  y pastillas para adelgazar con cafeína. Y el tabaco disminuye la cantidad de oxígeno vital que llega al cerebro, perjudicando la percepción sensorial y el funcionamiento mental en el procesamiento de información, la comprensión y resolución de problemas y el pensamiento crítico, además de generar los bien conocidos riesgos graves para la salud en general.
Para pensar con qué alimentamos nuestro cuerpo, no? ¿Cómo te resulta saber esto? Aprender qué pasa con la alimentación en nuestro cerebro es una de mis Herramientas de Avanzada para el Aprendizaje. Los exámenes se aproximan… ¿Qué te parece aprender esta y muchas otras herramientas más? 
Consultame!
¡A tu bienestar! 


Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el 15/6/13.

sábado, 8 de junio de 2013

Meditar con la llama de una vela

      Meditación significa concentración y lo más importante de ella es en qué te concentrás. Si te concentrás en la pila de cosas que tenés para hacer o en la discusión que acabás de tener con tu jefe o empleado, estarás cada vez más tenso. Si en cambio te concentrás en una puesta de sol, o en las bellas plantas de tu jardín o de un parque, la tranquilidad de la escena natural te transmitirá paz. Pero no siempre estamos en un entorno tranquilo y la mayor parte del tiempo estamos concentrados en pensamientos y emociones que van y que vienen, determinados por las circunstancias cambiantes, las relaciones familiares, los éxitos o fracasos laborales, nuestra situación económica, nuestra salud, etc, etc…La buena noticia es que en el interior de todos nosotros existe un lugar de silencio y paz, un lugar estable que no se ve afectado por los factores temporales que están en un continuo vaivén. Sólo necesitamos algún instrumento que nos ayude a alcanzar ese lugar, a fijar la atención en él. Hay muchas formas de meditar: contando nuestras respiraciones, cantando mantras, concentrándonos en el aprendizaje de alguna discipina, practicando tai chi o haciendo asanas de yoga, por ejemplo. Y si te gustaría profundizar su aprendizaje, podés encontrar un maestro que te guíe.
Hoy te invito a hacer una  práctica de meditación muy simple y efectiva, con la llama de una vela. Necesitás diez o quince minutos, una silla, una vela y algo para encenderla, y se hace así:
1.      Encendé la vela y colocala sobre la mesa, a cierta distancia de donde te vas a sentar.
2.      Sentate cómodamente, con la columna vertebral recta, apoyá las manos sobre las piernas con las palmas hacia arriba. Tomá tres inspiraciones profundas y luego seguí respirando lenta y tranquilamente. No fuerces la respiración, solo limitate a tomar conciencia de cómo la caja torácica sube y baja con suavidad.
3.      Observá la llama de la vela y poné tu atención en ella mientras seguís escuchando tu respiración. Si notás que aparecen pensamientos  que te distraen, no luches con ellos, dejalos que vayan y vengan sin dejar de concentrarte en la llama.
4.      Cuando hayas logrado mantener tu atención fija en la llama durante unos minutos sin interrupciones, cerrá los ojos y en tu interior verás la imagen de la vela. Seguí concentrado en ella hasta que desaparezca. Si lo necesitás, abrí los ojos y repetí todo el proceso.

¿Qué te pareció el ejercicio? ¿Qué te parece la idea de aprender Estrategias para Manejar el Estrés y la Ansiedad? Podés aprenderlas en forma individual o en pareja o padres e hijos,  y también in-company en español, portugués e inglés. ¡Consultame!
¡Por tu bienestar!


Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el 8/6/13.

sábado, 1 de junio de 2013

¡Basta de Insomnio!

      Con seguridad ya oíste hablar de ideas para dormir como contar ovejitas o hacer un conteo descendente. El objetivo de esos ejercicios es distraer la mente de los pensamientos que la ocupan e inquietan y  caer en un sueño profundo.

Hoy te traigo un ejercicio de ese tipo, que es muy pero muy fácil y que podés hacer cada vez que necesites dormir. Sólo necesitás cerrar los ojos y usar tu imaginación. Verás que con la práctica, cada vez te vas a dormir más rápido y fácilmente.

El procedimiento es el siguiente:
1-     Hacé dos o tres respiraciones profundas y sentí cómo tu cuerpo comienza a relajarse.
2-     Cerrá los ojos y visualizá el número 100 adentro de un círculo de tu color preferido.
3-     Borrá el número 100 sin tocar el círculo, respirá profundo y escribí el número 99.
4-     Borrá el número 99 sin tocar el círculo, respirá profundamente y escribí el 98.
5-     Con este nivel de concentración continuá borrando, respirando y escribiendo el siguiente número en la cuenta descendiente.
6-     Entregate a la somnolencia que te va embargando… Listo! 

La idea es repetir cada noche el mismo ejercicio. Verás que cada vez te relajarás con mayor rapidez y facilidad. Es importante repetirlo para programar la mente. Si lo hacés habitualmente, llegará el momento en que quizá ni lo tengas que pensar, porque ya entrenaste a tu mente para relajarse cuando te vas a la cama y, solamente con  tomar unas inspiraciones profundas y acomodar el cuerpo, te dormirás plácidamente.
¿Qué te pareció el ejercicio? ¿Qué te parece la idea de aprender estrategias para manejar el estrés y la ansiedad? ¡No dejes de consultarme!
¡Por tu bienestar!




Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el 1/6/13.

viernes, 24 de mayo de 2013

Mágica música para el cerebro

        Además de la respiración abdominal, la relajación y la meditación, otro modo eficaz de alcanzar un punto ideal de rendimiento, o sea, un estado de alerta relajado para aprender o trabajar, consiste en utilizar ciertos tipos de música de fondo. En su libro “El Efecto Mozart”, el músico y terapeuta norteamericano Don Campbell nos cuenta que escuchar a Mozart organiza la actividad de las neuronas en la corteza cerebral, reforzando sobre todo los procesos creativos del hemisferio derecho, no verbal del cerebro, resultando nuestro desempeño mucho más holístico cuando ambos hemisferios están integrados activamente en el proceso. Esta música mejora la concentración, aumenta la capacidad de dar saltos intuitivos y de resolver problemas y mejora el desempeño en cualquier área de la vida. En las disquerías o en Youtube podés encontrar una gran variedad de música de Mozart para diferentes ocasiones, desde composiciones para el bebé en la panza de la mamá o para diferentes instancias de la vida de los niños, hasta temas para los adultos que necesitan enfocarse, relajarse, sanarse o estudiar.
Cada persona necesita experimentar para encontrar la música que mejor le resulta para sus diferentes actividades. Por ejemplo, una música lenta y soñadora es apropiada para alcanzar un estado de alerta relajado, ayuda a abrir la mente y a generar ideas en trabajos creativos. Una música más ligera y alegre puede ser útil para las actividades más mecánicas.
Además de las composiciones de Mozart, hay otros tipos de música ideales para mejorar el funcionamiento del cerebro. Aquí te doy algunos ejemplos para que empieces tu exploración  escuchándolos en Youtube y elijas los que más te gusten o que se ajusten a tus necesidades:

Contemporánea:                                                 
Ambiental/ Chill out/ Lounge/ House/ New age/                                                                                                  
Algunas músicas étnicas o world music/ Compositores como Yanny o Kitaro
                                                                                                            
Clásica y Romántica:
Tchaikovsky: Obertura de Romeo y Julieta                                                                                
Beethoven: Sonata a la luz de la luna
Mendelssohn: Sueño de una noche de verano

Barroca:                                                            
Bach: Conciertos Brandeburgueses
Handel: Música Acuática
Vivaldi: Las cuatro estaciones (movimientos lentos)
Teleman: Concierto para 3 violines y orquesta
Albinoni: Concierto para violín

Te sugiero escuchar alguna música apropiada como fondo mientras leés, usás la computadora, estudiás o hacés alguna actividad física. Si al principio te distrae, bajá el volumen hasta que sea casi imperceptible y cuando comenzás a acostumbrarte a ella, andá subiéndolo lentamente hasta que encuentres el volumen que es apropiado para vos. Recordá que esta música sin letra es música con fines diferentes de la música que escuchás habitualmente por placer.
Me gustaría saber cómo te resulta la incorporación de la música como herramienta para tu mejor rendimiento. Y si querés profundizar en el aprendizaje de Herramientas de Avanzada para Aprender, no dudes en consultarme. Tengo propuestas para cada necesidad y, como digo siempre… comprobarás que en tu vida hay un antes y un después de tomar mis programas.
¡Hasta la próxima!

Y un regalito: escuchá a Mozart acá: 




Este artículo fue publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el 24 de mayo de 2013

sábado, 18 de mayo de 2013

Confianza para hablar en público

         Muchas veces nos enfrentamos con la situación de tener que hablar en público por razones laborales o de otra índole. Esto puede abarcar desde dar un discurso o hacer una presentación ante mucha gente a dar una clase o explicar un tema o un proyecto a un grupo pequeño de participantes.
           A veces estas situaciones implican un factor de estrés, pero si logramos mantener la calma, tendremos éxito y nos afianzaremos para futuras situaciones similares. Para ello es bueno tener en cuenta ciertos aspectos para ANTES, DURANTE y DESPUÉS de la presentación. Por razones de espacio hoy veremos solo algunos de ellos, pero quiero contarte que esta es una de las “Herramientas de Avanzada para el Aprendizaje” que forman parte de mis Programas de Aprendizaje Creativo y podés consultarme si te interesa aprenderlas y  trabajarlas en más profundidad. Veamos algo de lo que podemos hacer:

Antes de la presentación:
  • Ensayemos en voz alta (e idealmente frente al espejo o alguien que pueda escucharnos) lo que vamos a decir.
  • Hagamos una visualización donde nos veamos hablando en público exitosamente y veamos un público amistoso, con sus rostros interesados en lo que estamos diciendo.
El día de la presentación:
  • Lleguemos al lugar antes, chequeemos el material que necesitamos y que todo esté en orden y bien dispuesto en su lugar. Respiremos varias veces profundamente. Tomemos agua y tengamos una botellita a mano. Mientras nos relajamos e hidratamos…
  •  Imaginemos que el auditorio será amistoso y no permitamos que nuestra mente comience a fantasear con temores, porque eso será percibido por los demás. Ante el menor indicio de pánico respiremos hondo, chequeemos que estamos parados con ambos pies bien apoyados en el piso, las  rodillas flexibles, la frente en alto, y digámonos auto instrucciones positivas como: Todo va bien, Puedo hacerlo, Estoy tranquilo, etc.
  • Al momento de comenzar a hablar, hagámoslo despacio, sonriendo. Rompamos el hielo con alguna anécdota sobre el tema.
  • Sintamos en todo momento que estamos a cargo de la situación. Mantengamos claro el objetivo de lo que estamos comunicando, y evitemos las distracciones.
  • Hablemos en voz alta y clara, mirando a la audiencia y, en lo posible desplacémonos por la sala.
  • Tengamos a mano un Mapa Mental o resumen de lo que vamos a hablar, para poder recurrir a él y visualizar rápidamente los temas.
  • Mientras estamos hablando, prestemos atención a la audiencia. Si los notamos cansados o aburridos, abreviemos la exposición y preguntémosles qué más desean saber.
  • Sobre el final, involucrémoslos pidiéndoles su opinión y respondamos las preguntas.
  • Si nos avisaron a último momento que tenemos que exponer un tema, ordenemos por escrito nuestras ideas con palabras clave. Con esto ganaremos tiempo, claridad y podremos dar mejores respuestas.
Al finalizar:
  • Felicitémonos por habernos manejado con confianza.
  • Recordemos que  somos aquello que hacemos continuamente, por lo tanto, la excelencia no es un acto sino un hábito. ¡Cada nueva vez que hablemos en público lo haremos mejor!

Me gustaría saber si pusiste en práctica estas ideas y cómo te fue. Dejame tus comentarios 
¡Hasta la próxima!


Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina,  el 18/5/13

sábado, 11 de mayo de 2013

10 Ideas para rendir exámenes con éxito

      Para rendir exámenes necesitamos recuperar la información que guardamos en  la memoria de largo plazo cuando estudiamos. Antiguamente, la ansiedad nos jugaba en contra a la hora de demostrar lo que sabíamos. Ahora, con las técnicas de Aprendizaje Acelerado y su énfasis en estar relajado para desempeñarnos mejor, podemos encontrar dentro de nosotros mismos muchos recursos para el éxito. A continuación te doy algunas ideas para rendir exámenes, extraídas de mi programa Herramientas de Avanzada para el Aprendizaje:
  1. La preparación a largo plazo es el comienzo de todo un  proceso exitoso. Es fundamental comenzar a estudiar y repasar desde el día siguiente a haber comenzado a cursar una materia.
  2. La preparación de resúmenes, preferentemente con Mapas Mentales, ahorra el pánico de último momento.
  3. Repasar ayuda a recordar. Seguir una rutina de repaso de los resúmenes al día después de haber estudiado algo, luego a la semana siguiente y después al mes siguiente. Y así hasta rendir.
  4. Mantener rutinas de comida sana y liviana, ejercicios, entretenimiento y  buen sueño antes del examen.
  5. El día del examen, continuar con las rutinas de estar bien alimentado, oxigenado, hidratado, caminar simplemente dando unas vueltas a la manzana o hacer Brain Gym, respirar, relajarse, y dejar que la mente descanse.
  6. En el momento del examen, sentarse cómodo, en Postura Positiva, o sea, con la frente en alto, la espalda apoyada en el respaldo, los hombros relajados, todo esto para poder respirar más profundamente y aflojar las tensiones.
  7. Darle un vistazo primero a todo el examen con Lectura Activa. Leer bien las instrucciones, fijarse cuántas secciones hay, cuántas preguntas, y decidir por dónde comenzar a responder.
  8. Un plan de acción es fundamental. También lo es manejar el tiempo y confiar en el subconsciente para que siga trabajando mientras respondemos las otras preguntas.
  9. Comenzar por los Multiple Choice y saltear las preguntas cuyas respuestas no salen de entrada. Si estudiaste, ya vendrán (¡Confiar en el subconciente!). Seguir con las preguntas cortas y dejar para el final las largas. Acordarse de planificar los tiempos para cada pregunta.
  10. Mantenerse concentrado es importante. Seguir respirando, aflojándose y tomando agua ante el menor atisbo de pánico o si sentimos que la energía comienza a disminuir.

¿Qué te parecieron estas ideas? Espero que puedas ponerlas en práctica cuando las necesites. Y si estás muy estresado o ansioso y necesitás recuperar tu equilibrio, te propongo tomar las clases semanales de Volver al Centro: una hora y media una vez por semana con ejercicios de respiración, relajación y meditación, en un contexto de herramientas de PNL y Coaching para la Calidad de Vida.
Y si no podés comprometerte con estas clases a largo plazo, te propongo entonces  hacer el Taller de Herramientas para el Manejo del Estrés y la Ansiedad, que son solo dos sesiones de una hora y que, te aseguro, habrá un antes y un después de este Taller en tu vida. ¡No dudes en consultarme!
¡Siempre a  tu disposición para tu bienestar!



Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina,  el 11/5/13.