Confianza para hablar en público
Muchas veces nos enfrentamos con la
situación de tener que hablar en público por razones laborales o de otra índole.
Esto puede abarcar desde dar un discurso o hacer una presentación ante mucha
gente a dar una clase o explicar un tema o un proyecto a un grupo pequeño de
participantes.
A
veces estas situaciones implican un factor de estrés, pero si logramos mantener
la calma, tendremos éxito y nos afianzaremos para futuras situaciones
similares. Para ello es bueno tener en cuenta ciertos aspectos para ANTES,
DURANTE y DESPUÉS de la presentación. Por razones de espacio hoy veremos solo
algunos de ellos, pero quiero contarte que esta es una de las “Herramientas de Avanzada para el
Aprendizaje” que forman parte de mis Programas
de Aprendizaje Creativo y podés consultarme si te interesa aprenderlas
y trabajarlas en más profundidad. Veamos
algo de lo que podemos hacer:
Antes de la presentación:
- Ensayemos
en voz alta (e idealmente frente al espejo o alguien que pueda escucharnos)
lo que vamos a decir.
- Hagamos
una visualización donde nos veamos hablando en público exitosamente y
veamos un público amistoso, con sus rostros interesados en lo que estamos
diciendo.
El día de la presentación:
- Lleguemos
al lugar antes, chequeemos el material que necesitamos y que todo esté en
orden y bien dispuesto en su lugar. Respiremos varias veces profundamente.
Tomemos agua y tengamos una botellita a mano. Mientras nos relajamos e
hidratamos…
- Imaginemos que el auditorio será amistoso y no
permitamos que nuestra mente comience a fantasear con temores, porque eso
será percibido por los demás. Ante el menor indicio de pánico respiremos
hondo, chequeemos que estamos parados con ambos pies bien apoyados en el
piso, las rodillas flexibles, la
frente en alto, y digámonos auto instrucciones positivas como: Todo va bien, Puedo hacerlo, Estoy
tranquilo, etc.
- Al
momento de comenzar a hablar, hagámoslo despacio, sonriendo. Rompamos el
hielo con alguna anécdota sobre el tema.
- Sintamos
en todo momento que estamos a cargo de la situación. Mantengamos claro el
objetivo de lo que estamos comunicando, y evitemos las distracciones.
- Hablemos
en voz alta y clara, mirando a la audiencia y, en lo posible desplacémonos
por la sala.
- Tengamos
a mano un Mapa Mental o resumen de
lo que vamos a hablar, para poder recurrir a él y visualizar rápidamente los
temas.
- Mientras
estamos hablando, prestemos atención a la audiencia. Si los notamos cansados o aburridos, abreviemos la exposición
y preguntémosles qué más desean saber.
- Sobre
el final, involucrémoslos pidiéndoles su opinión y respondamos las
preguntas.
- Si nos
avisaron a último momento que tenemos que exponer un tema, ordenemos por
escrito nuestras ideas con palabras clave. Con esto ganaremos tiempo,
claridad y podremos dar mejores respuestas.
Al finalizar:
- Felicitémonos
por habernos manejado con confianza.
- Recordemos
que somos aquello que hacemos
continuamente, por lo tanto, la excelencia no es un acto sino un hábito. ¡Cada
nueva vez que hablemos en público lo haremos mejor!
Me gustaría saber si pusiste en práctica
estas ideas y cómo te fue. Dejame tus comentarios
Artículo publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el 18/5/13
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