domingo, 23 de octubre de 2016

WABI-SABI o EL ARTE DE APRECIAR LA BELLEZA DE LO IMPERFECTO por Lucila Barbero



          En las dos últimas columnas hablamos del perfeccionismo y dimos algunas ideas para poder dejarlo de lado y vivir más felices sin esa presión que nos aplicamos a nosotros mismos y a veces, a los demás. Te recuerdo la idea Nº 9, sobre la que voy a hablarte hoy: “9. VALORAR LO QUE VAYAS LOGRANDO. Paso a paso, permitite apreciar tus resultados imperfectos. Los japoneses usan el término WABI-SABI, que hace referencia a la belleza de lo imperfecto, defectuoso o inacabado. Puede serte de una gran inspiración entender ese concepto.”
Retomando el tema, WABI-SABI es una forma de vida que se enfoca en encontrar belleza dentro de las imperfecciones de la vida y en aceptar pacíficamente el ciclo natural de crecimiento y decadencia. Se sostiene en tres pilares: nada es perfecto, nada es permanente y nada es completo”.
Según la psicóloga española Ana Yáñez, “una forma de pensar más WABI-SABI  nos podría ahorrar muchos disgustos y nos ayudaría a disfrutar más de la vida. El perfeccionismo, el miedo al fracaso y la no aceptación de las pérdidas, son aspectos que nos impiden una postura más flexible, relajada y realista de la existencia… Hoy en día con la presión que hay para ser perfectos, felices, disfrutar al cien por cien, mantenernos con aspecto joven el mayor tiempo posible y ser excelentes profesionales, se nos genera mucha ansiedad. El WABI-SABI nos reconcilia con la incertidumbre, el miedo, el paso del tiempo, el fracaso o el hecho de que no siempre hay respuestas, y que también  se puede vivir entre todas estas cosas, y hasta llegar a disfrutar de ellas.”
Esta filosofía que viene del budismo zen puede llegar a ser un modo de vida. He aquí algunos ejemplos:
J  Una alimentación Wabi-Sabi valora lo local y simple, al mismo tiempo que saborea lo exótico.
J  Un trabajo Wabi-Sabi  sería aquel en el que uno hace lo que realmente le gusta, sin estrés, presiones ni jornadas interminables (encontrando la forma posible de hacerlo en tu actual trabajo)
J  Una filosofía de vida Wabi-Sabi es la que vive el presente y encuentra la paz y la armonía en la naturaleza y las pequeñas cosas. Es saber apreciar la sencillez, la asimetría, la modestia, tanto en la casa y los objetos como en nosotros mismos.
Te dejo pensando… ¿Cómo aplicarías esta filosofía en tu propia vida? ¿En qué podrías ser más WABI-SABI?
¡Siempre por tu bienestar!

Lic. Lucila Barbero de Bermúdez
Coach Ontológico Profesional – Master en PNL esp. en Educación

www.programas-de-aprendizaje-creativo.blogspot.com.ar

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Este artículo fue publicado por el diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el día 23/10/16

domingo, 16 de octubre de 2016

DECILE BASTA AL PERFECCIONISMO – 2ª parte. Por Lucila Barbero


“Al fin de cuentas tu eres la única muralla, si no te saltas, nunca darás un solo paso”
L.A. Spinetta
          Es preferible HECHO que PERFECTO. Te confieso que tengo mi veta perfeccionista y  me gustan las cosas en orden, prolijas, bien hechas. Me gusta hacer todo lo mejor que puedo, pero hacerlo, darlo por terminado. Esa es la diferencia. Al perfeccionista nunca le parece que está bien lo que está haciendo, entonces no publica, no actúa, no invita a nadie a su casa, y muchas veces, si es jefe, le aplica el perfeccionismo a sus empleados, siempre espera más, le cuesta delegar, nunca reconoce el esfuerzo de los demás, etc. El perfeccionista sufre y también hace sufrir.
Si te sentís identificado con estas conductas, hay algunas cosas que  podés hacer. Por ejemplo:
1.      CAMBIAR TUS CREENCIAS: “Si  no hago todo bien, soy un desastre”, “Si no lo hago perfecto no van a quererme”, “no le puedo mostrar mis errores a los demás”. Ese tipo de pensamientos solo están en tu mente y no son ciertos. Estaría bueno que reflexiones a ver de dónde los sacaste.
2.      SEPARAR LOS RESULTADOS DE TU PERSONA. No permitas que tus fracasos, tus éxitos o tus problemas te definan. Vos sos mucho más que eso.
3.      PREGUNTARTE “¿para qué necesito que esté perfecto?”. La mayoría de las veces te darás cuenta de que no vale la pena exigirte tanto.
4.      APRENDER A RELAJARTE, a decirle Basta!! a tu mente que te domina, y a desafiarte: ¿qué pasaría si no lo hago perfecto? Generalmente… nada.
5.      APRENDER A IDENTIFICAR la vocecita interior que te picotea con que tenés que seguir intentando hacerlo todo perfecto. Reíte de ella, ridiculizala en tu mente.
6.      PONER PLAZOS, fechas concretas para entregar tus trabajos. Ojo, que muchas veces el perfeccionismo está relacionado con la postergación.
7.      ESTABLECER PRIORIDADES y tenerlas presentes para ser coherente. Por ejemplo, si tu prioridad hoy es ir al gimnasio por tu salud, dejá de seguir corrigiendo ese trabajo y andate ya.
8.      ENCONTRAR TU EQUILIBRIO. Que te permitas ir a caminar media hora, no quiere decir que te vas a pasar para el lado de la vagancia. Eso no va a ocurrir. Entendé que si estás despejado, vas a poder hacer las cosas mejor.
9.      VALORAR LO QUE VAYAS LOGRANDO. Paso a paso, permitite apreciar tus resultados imperfectos. Los japoneses usan el término Wabi Sabi, que hace referencia a la belleza de lo imperfecto, defectuoso o inacabado. Puede serte de una gran inspiración entender ese concepto.
10.  SER FLEXIBLE Y REALISTA, te permitirá tener expectativas razonables, considerando tus verdaderas capacidades y circunstancias personales, tu entorno, etc. Recordá que vivís hoy y que es mejor aceptar y valorar el presente que vivir lamentándote del pasado o esperando un futuro perfecto.
Si necesitás relajarte, te propongo hacer el ejercicio de mi CD “Relajación Profunda”. Conseguilo en Librería Byblos, Varela (ex Rivadavia) 493, o en Disquería Imagina, Varela  547.
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¡Siempre por tu bienestar!

Lic. Lucila Barbero de Bermúdez
Coach Ontológico Profesional – Master en PNL esp. en Educación


Este artículo fue publicado por el diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el domingo 16/10/16.

domingo, 9 de octubre de 2016

DECILE BASTA AL PERFECCIONISMO – 1ª parte. Por Lucila Barbero



       Julia Cameron, en su libro El camino del Artista, dice que el PERFECCIONISMO no tiene nada que ver con hacer las cosas bien, ni con mejorarlas, ni con la exigencia. El perfeccionismo es rehusar seguir adelante. Es una especie de lazo, un sistema cerrado  obsesivo y debilitante que te atrapa en los detalles de lo que estás escribiendo, pintando o haciendo y perdés la perspectiva de la totalidad. En vez de crear libremente y permitir que los errores den lugar a revelaciones posteriores, a menudo nos limitamos a corregir los detalles. No existen borradores o ejercicios de precalentamiento para el perfeccionista; cada bosquejo debe ser perfecto, listo para la imprenta. El perfeccionista  nunca está satisfecho, jamás dice: “Esto está bastante bien, creo que seguiré adelante”. Reduce la originalidad a una uniformidad que carece de pasión y de espontaneidad. El perfeccionista corrige una y otra vez. El perfeccionista escribe, pinta, crea con un ojo puesto en la audiencia; en vez de gozar del proceso, constantemente evalúa los resultados. El perfeccionista habita en el costado lógico del cerebro, que es la mansión de la crítica. Para el perfeccionista siempre hay algo que mejorar. Él llama a esto “humildad”, pero en realidad es egocentrismo. Es una manifestación de soberbia aspirar a escribir un guión perfecto, realizar una pintura perfecta, o llevar a cabo una actuación impecable. El perfeccionismo no es una búsqueda de lo mejor sino la persecución de lo peor en nosotros mismos, de esa parte que nos dice que nada de lo que hagamos será suficientemente bueno, que debemos tratar otra vez, sin aceptar que para hacer algo bien, primero tenemos que hacerlo como podamos, aunque sea mal. Para poder arriesgarse a hacer algo, hay que arrojar por la borda nuestros límites; debemos atravesar el “no puedo porque… (soy demasiado malo, demasiado viejo, demasiado tímido, demasiado pobre, orgulloso, a la defensiva, etc.)”. Cuando decimos que no podemos hacer algo, en realidad queremos decir que no lo haremos a menos que podamos garantizar que resultará a la perfección.”
Y no confundamos PERFECCIÓN con EXCELENCIA. Dice Vanesa Coronel en su blog, que “en cuanto cruzamos esa frontera, todo cambia. Aquello que nos motivaba a ir por más, luego puede paralizarnos e impedirnos avanzar. Lo que antes nos generaba una sensación de entusiasmo y adrenalina, después tal vez nos produzca vértigo y ansiedad. En la mentalidad del perfeccionista el error es un fracaso, y a nadie le gusta fracasar…Por eso, ante la mínima sospecha de no hacerlo bien, prefiere no intentarlo. Alguien así, se pierde de vivir experiencias nuevas. Por miedo al ridículo, por ejemplo, no se permite probar, intentar fuera de un terreno conocido. Vanesa dice que observes estas conductas para ver si estás atrapado en el perfeccionismo:
1 - Solés establecer metas que no alcanzás.
2 - Constantemente competís.
3 - Ves los errores como algo terrible.
4 - Solés ser testarudo/a, creyendo que hay una sola manera de hacer las cosas.
5 - Solés ser muy autocrítico/a.
6 - Solés dudar constantemente de tus habilidades.
7 -  Retrasás tomas de decisiones esperando el momento perfecto.
8 - Te perdés de disfrutar situaciones buscando la perfección en todo.

Y concluye: “
Camina tu camino sabiendo que cada paso es avance, más allá de que ese paso te lleve a lugares que no querías llegar. Todo, cada instante, trae consigo aprendizaje, sobre todo, esos que llamamos errores...Está en vos poder verlo de otra manera.”
El próximo domingo veremos algunas ideas prácticas para superar el perfeccionismo. ¡No te las pierdas!

¡Siempre por tu bienestar!

Lic. Lucila Barbero de Bermúdez
Coach Ontológico Profesional – Master en PNL esp. en Educación


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Este artículo fue publicado por el diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el domingo 9/10/16

domingo, 2 de octubre de 2016

¡¡A REIR PARA DESESTRESARSE!! por Lucila Barbero



¡¿Sabías que el 80% de las visitas al médico son por problemas de salud producidos por el estrés?! 

El estrés es el mayor contribuyente para el aumento de peso no deseado, dolores de cabeza y hasta de articulaciones.

Y la forma más fácil de reducir el estrés es realmente la más simple y la más barata: ¡reírse!

Cuando te reís, realmente estás produciendo un cambio placentero en la química de tu cuerpo que puede durar hasta 45 minutos. La risa aumenta el oxígeno inhalado y libera endorfinas. Además, la risa es anti-edad porque tonifica los músculos faciales, rejuvenece y aumenta la expresividad de rostro e incrementa el aporte sanguíneo a la piel. También masajea los órganos internos y limpia los ojos por el lagrimeo natural que se produce.

La próxima vez que te sientas estresado, mirá una película o programa de televisión cómico con tu familia, buscá con tus amigos chistes pícaros tontos en internet o compartí con ellos anécdotas graciosas del pasado.

No solo será divertido, sino que al mismo tiempo colaborarás con tu salud.
¿Querés encontrar muchas ideas para desestresarte y vivir bien? Buscalas en mi libro “20 TIPS PARA DESCOMPRIMIR EL ESTRÉS”. Conseguilo en Campana en LIBRERÍA BYBLO´S: Avda. Varela (ex Rivadavia) 493 o en LIBRERÍA VIÑAS EXPRESS: Mitre 1115; CASA ALADDIN (ex Casa Mansur) en Los Cardales, CASA DE  FEO en Capilla del Señor, o en TIENDA NATURAL DEVA´S de Pilar, Shopping Torres del Sol local 91.  

¡Siempre por tu bienestar!
Lic. Lucila Barbero de Bermúdez
Coach Ontológico Profesional – Master en PNL esp. en Educación


Este artículo fue publicado por el diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, el domingo 2/10/16