Los EFECTOS CURATIVOS del SILENCIO

 
Contemplación del Silencio

 ¿Cómo te sentís con el SILENCIO? Tal vez esta pregunta te suene rara, pero es que estamos tan acostumbrados a la cantidad de sonidos que acompañan nuestra vida diaria, que nos perdemos de disfrutar del silencio. Y aunque muchas personas creen que el silencio es algo negativo o lo asocian con el vacío, es bueno habituarse a ese espacio que se crea cuando prevalece la calma. Hoy parece que hay que estar con los auriculares siempre puestos, o que hay que prender la tele ni bien llegamos a casa, o la radio cuando nos subimos al auto, y ni hablar de aquellos que circulan haciéndonos partícipes de lo que van escuchando sin importarles si nos interesa a los demás escuchar su música, su ruido.

 Con todo ese ruido exterior y el nuestro interior también, no nos permitimos disfrutar del silencio, de encontrarnos con nosotros mismos, de “desconectarnos” momentáneamente y darle un respiro a nuestra mente, apaciguar nuestra respiración y tranquilizar los latidos de nuestro corazón. Todo eso que es absolutamente beneficioso para nuestra salud. 

Te propongo dar un primer paso hacia encontrar los efectos curativos del silencio haciendo este ejercicio de Conciencia Plena que se llama: “Contemplación del Silencio” y para el que solo necesitás cinco minutos. Hacelo hoy y si te gusta, podés incorporar su práctica a tu vida y tal vez con la práctica, puedas extenderlo hasta diez minutos.  

Es así: Sentate cómodo, aflojate la ropa si te aprieta, colocá las manos sobre tus piernas y hacé tres respiraciones profundas y cerrá los ojos. Con los ojos cerrados es más fácil concentrarse en el silencio. Seguí respirando normalmente, relajándote un poco más con cada inspiración. Concentrate en el silencio que te rodea y dejate llevar por esa sensación. Prestá atención a los sonidos que escuchás, tal vez un pájaro, un perro, un niño, un auto…aceptalos y dejalos ir, sin juzgarlos. Ahora concentrate en tu respiración, en el sonido del aire que entra y sale por tu nariz… seguí su ritmo… Si tu atención se desvía, volvé a dirigirla hacia tu respiración. Si te viene algún pensamiento, dejalo que se disuelva, ya te ocuparás de él cuando termines el ejercicio. Continuá concentrado en el ritmo de tu respiración durante cinco minutos y cuando lo desees, mové las manos y los pies, abrí los ojos y desperezate. ¿Qué te pareció?

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Lic. Lucila Barbero - Coach Ontológico Prof.

Instagram: @ayurdevas.campana.pdr

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