LA TRAMPA DE LA VIRTUD
A
veces, hacer todo BIEN, no está tan
BIEN…
¿Te enoja o te duele cuando los
demás NO TE RECONOCEN todo lo que hacés por ellos? ¿Te encontrás abrumado por
querer QUEDAR BIEN con todo el mundo?
¿Te ponés mal cuando por un mínimo detalle no te salió todo PERFECTO? ¿En dónde
queda el lugar para vos mismo cuando estás atrapado en este “círculo
virtuoso”?
La autora Julia Cameron, nos habla de esto en su libro “El camino del
artista”, considerándonos a todos artistas, en tanto todos podemos ser los
creadores de nuestra propia vida. Ella habla de recuperar el sentido de lo
posible y de cómo podemos ir más allá de las trampas que nos ponemos solos y
las racionalizaciones que creamos para estar estancados y no hacer lo que
realmente deseamos, posponiendo la nutrición de nuestro ser. La creencia - muy
socialmente aceptada- de que siempre tenemos que ser buenos y agradables hacia
los demás, es una poderosa razón para no actuar. Te quedás esperando que te
digan: “¡Qué buen empleado! ¡Qué buena madre (esposa, padre, hermano/a) sos! Y
eso, en realidad, no es una superioridad espiritual, sino que al hacerlo estás
matando una parte de vos mismo, y la pregunta: “¿De qué sirve hacerlo?” va
reemplazando día a día nuestros sentimientos de alegría y satisfacción…
J. Cameron dice: “Un artista debe
tener tiempo libre, tiempo para hacer nada, y para defender ese derecho es
necesario tener coraje, convicción y persistencia.” Este tiempo, espacio y quietud provocarán en
la familia y los amigos la sensación de alejamiento. Y lo es, porque sin ese
alejamiento nos sentimos enojados, incómodos, vejados, fuera de lugar. Nos
deprimimos, nos volvemos hostiles, nos sentimos como animales acorralados,
gruñendo a nuestra familia y amigos para que dejen de hacernos demandas
irracionales. Aunque en realidad, los que estamos haciendo demandas
irracionales somos nosotros, esperando que nuestro artista sea capaz de funcionar
sin darle lo que necesita: la curación que produce un período de recarga, que
tal vez sea poder salir a caminar en soledad un rato, o ir a tomar una clase de
idiomas, de cerámica o de algo que tanto hemos deseado aprender… Ese tiempo
solos que necesitamos y nunca nos damos el lugar para tenerlo, va generando
secretos resentimientos. Temerosos de parecer egoístas perdemos NUESTRO SER,
nos volvemos amargos y autodestructivos.
El verdadero SER es un personaje inquietante, sano y ocasionalmente
anarquista, que sabe cómo jugar, cómo decirle “No” a los otros y “SI” a sí mismo,
que aprende a no estar siempre tan disponible para los demás, que aprende a
aceptar la “desaprobación” de los que están esperando que les resuelva todas
sus cosas y también es el que acepta que es mejor tener algo hecho aunque no
esté perfecto.
¿Cuáles son los beneficios de quedarse siempre estancados, encerrados en
esta definición de la virtud como trampa?
¿Te reconocés atrapado en ella? Te
propongo explorar juntos lo que nos pasa en esas circunstancias y aprender
herramientas para salir de ese lugar y poder ELEGIR cómo actuar y así ser el
verdadero PROTAGONISTA de TU vida. Consultame: lucila.barbero@gmail.com
¡Por tu bienestar!
Lic. Lucila Barbero de Bermúdez
Coach Ontológico
Profesional
EsPACio PAC – Programas
de Aprendizaje Creativo
Desarrollo
personal y Calidad de Vida
Este artículo fue publicado en La Columna del Bienestar del Suplemento del Vecino, del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el sábado 28 de junio de 2014.
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