"El Viaje" Mary Oliver - 1992
Por fin un día supiste
lo que tenías que hacer, y empezaste,
aunque las voces alrededor tuyo
seguían gritando
sus malos consejos –
aunque toda la casa
comenzó a temblar
y sentiste ese tironeo familiar
en tus tobillos.
“¡Arreglame la vida!”
gritaba cada voz.
Pero no te detuviste.
Supiste lo que tenías que hacer
aunque los dedos rígidos del viento
curioseaban aún en los cimientos,
aunque su melancolía era terrible.
Ya era bastante tarde
y era una noche terrible,
y el camino estaba lleno de ramas
y piedras caídas.
Pero poco a poco,
mientras dejabas atrás aquellas voces,
las estrellas comenzaron a brillar
através de las nubes,
y había una nueva voz,
que lentamente fuiste reconociendo
como la tuya propia,
que te acompañaba
mientras te adentrabas más y más,
a grandes zancadas
en lo más hondo del mundo,
absolutamente decidido a
hacer la única cosa que podías hacer –
absolutamente decidido a salvar
la única vida que podías salvar.
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