MEDITA MIENTRAS VIAJAS

En las últimas semanas aprendimos dos de una serie de tres meditaciones  propuestas por Laura Silva del Método Silva de Control Mental.  Ellas fueron: “MEDITA MIENTRAS CAMINAS” y “MEDITA EN EL AGUA” (Si te las perdiste, podés leerlas haciendo click aquí: http://www.programas-de-aprendizaje-creativo.blogspot.com.ar/2013/11/medita-mientras-caminas.html  - http://www.programas-de-aprendizaje-creativo.blogspot.com.ar/2013/11/medita-en-el-agua.html). Lo diferente de estas meditaciones es, como dice Laura, que se pueden hacer mientras se realiza  otra actividad, y que se pueden hacer en 10 ó 15 minutos.
Hoy vamos a aprender la tercera y última de la serie: MEDITA MIENTRAS VIAJAS:
Constantemente nos estamos moviendo de un lado para otro. Unos lo hacen por placer, otros por trabajo y otros por todo un poco... Pero sea como sea, todos viajamos alguna vez en colectivo, tren, subte, avión, taxi o cualquier otro transporte en el que no tenemos que prestar atención al volante. A veces son trayectos de 5 minutos, otros de media hora o  más... La cuestión es: ¿por qué no aprovechar esos minutos para meditar? Viajar te permite encontrarte con vos mismo, dejarte guiar por tus sentidos, apreciar la realidad con todos sus matices... Así que imaginate si a todo eso le sumás una meditación. Además, no vas a tener que buscar tiempo extra y sacar minutos de tu día: simplemente aprovechás el tiempo que ya tenés y así le das uso a sus “ratos muertos”, ¿qué te parece? Entonces, veamos cómo hacerlo:
1. Una de las opciones es que consigas una meditación o relajación guiada y la guardes en tu celular o dispositivo de música preferido, mi CD Relajación Profunda, por ejemplo. O que bajes o escuches directamente alguna de internet (en mi blog tenés una básica de tres minutos), luego ponete los auriculares, cerrá los ojos  y dejate guiar.
2. Si tu trayecto es corto o no tenés posibilidades de escuchar un audio, simplemente disfrutá de ser un pasajero. ¡Tenés muchísimas opciones! Probá de cerrar los ojos e imaginarte que estás en un lugar agradable que te relaja. Imaginate una cascada, un bosque en medio de la naturaleza, imaginate que estás en el campo o frente al mar, el río, la montaña o tu lugar ideal de descanso en tu casa... Cualquier lugar sirve mientras te ayude a relajarte. Después andá relajando cada parte de tu cuerpo comenzando por la cabeza y terminando por los pies. Sentí lo relajado que está tu cuerpo en ese lugar, imaginate todo lo que harías si estuvieras ahí y visualizá y recreá las sensaciones con cada uno de tus sentidos: olores, sonidos, colores, sabores, la temperatura, la brisa, las texturas... ¡Todo! Verás que es una sensación increíble.
3. También podés aprovechar tu viaje para meditar con sonidos. Esa es una de las formas más agradables y placenteras que existen de relajarse y a la vez tomar conciencia. Cuando viajamos hay muchísimos ruidos que nos acompañan y se acomodan a nuestro paso; aprovechalos para desconectarte durante unos instantes. Escuchá con atención y sé receptivo enfocándote en los sonidos que te despierten emociones placenteras y bienestar.
¿Qué te parecieron estas tres técnicas alternativas exclusivas para meditar en medio de tu rutina? ¿Qué has descubierto al practicarlas? Me encantaría que compartas tu opinión. La idea de estas columnas es ayudarte a vencer al enemigo número uno de tu bienestar: el famoso "no tengo tiempo". Te desafío a animarte, aprovechar tu día y encontrar estas oportunidades. Solo necesitas unos minutos diarios.
Dejame tu comentario a ver cómo te fue con la práctica de estas meditaciones.
¡Elegí que el resto de tu vida sea lo mejor de ella!

Este artículo fue publicado en el  Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de la ciudad de Campana, Buenos Aires, Argentina, el día 16/11/13.

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