5 minutos para relajar tus hombros y cuello en la oficina...
… o si
estás mucho tiempo tejiendo, dibujando, cosiendo, manejando, pintando, usando
la compu, el microscopio, alguna máquina, en fin, tareas que “cargan” esa zona.
Entonces, este ejercicio es ideal para cuando sentís mucha tensión en los
músculos del cuello y de los hombros. Con solo dedicarle cinco minutos notarás
un gran alivio en tus dolores y te sentirás revitalizado. Podés hacerlo tanto
si trabajás sentado como parado. Lo importante es que lo hagas varias veces en
el día y ante la menor conciencia del dolor. Primero leé bien todo para
comprender los ejercicios. Es muy importante que los hagas al ritmo de la
respiración. Esto te ayudará a oxigenarte bien y te relajará y refrescará tu mente.
Si
estás de pie, parate bien erguido, con los pies separados por el ancho de
hombros, las rodillas levemente flexionadas. Si estás sentado, enderezá tu
postura apoyando bien tu espalda en el respaldo del asiento, la cabeza mirando
adelante, floja, las manos apoyadas suavemente sobre tus piernas.
1- Inspirá
elevando lentamente los hombros hacia las orejas. Sostené la postura dos
segundos y exhalá todo el aire mientras vas bajando los hombros hasta su
posición normal. Repetilo cinco veces, haciendo una leve pausa entre cada una.
2- Inspirá
mientras hacés rotar el hombro izquierdo hacia atrás, cuando llegás arriba en
la rotación, seguí rotando hacia atrás mientras exhalás todo el aire. Repetilo
cinco veces, pausando entre cada una.
3- Inspirá
mientras hacés rotar el hombro derecho hacia atrás, cuando llegás arriba en la
rotación, seguí rotando hacia atrás mientras exhalás todo el aire. Repetilo
cinco veces, pausando entre cada una.
4- Inspirá
mientras hacés rotar el hombro izquierdo hacia delante y terminá el giro
exhalando. Repetilo cinco veces, pausando entre cada una.
5- Inspirá
mientras hacés rotar el hombro derecho hacia delante y terminá el giro
exhalando. Repetilo cinco veces, pausando entre cada una.
6- Ahora
hacé los giros con los dos brazos juntos, primero para adelante y luego para
atrás. Repetilo cinco veces, pausando entre cada una.
7- Inspirá
mientras llevás los brazos hacia atrás como si quisieras que tus omóplatos se
junten. Sostené dos segundos y exhalá volviendo a la posición normal. Repetilo
cinco veces, pausando entre cada una.
8- Inspirá
y con mucho cuidado, incliná la cabeza hacia la izquierda, como si quisieras
tocar el hombro con la oreja. Ahí abajo inspirá de nuevo y exhalá volviendo la
cabeza al centro. Repetilo cinco veces, todo muy lentamente.
9- Inspirá
y con mucho cuidado, incliná la cabeza hacia la derecha, como si quisieras
tocar el hombro con la oreja. Ahí abajo
inspirá de nuevo y exhalá volviendo la cabeza al centro. Repetilo cinco veces,
todo muy lentamente.
10- Por
último, inspirá y mientras exhalás, bajá la cabeza hacia el pecho, como
queriendo tocarlo con el mentón. Inspirando, subí suavemente la cabeza, exhalá,
acomodá la cabeza, y volvé a repetir cinco veces el ejercicio. Esto es todo.
Bien fácil y práctico, sin excusas para no hacerlo!
Este artículo fue publicado en el Suplemento del Vecino del diario La Auténtica Defensa de Campana, Buenos, Aires, Argentina, el 31/8/13.
Comentarios
Publicar un comentario